Traducido por Emma Navajas
Empezó con un solo golpe de empatía. Craig Kielburger, un niño de 12 años, fue impactado con una foto en el periódico de otro niño de 12 años. La foto era de Iqbal Masih, un niño Pakistaní que fue lo suficientemente valiente para luchar contra la esclavitud infantil y fue asesinado por ello. Craig empezó a pensar en ayudar a los niños atrapados en una vida sin educación, absolutamente pobre, y sin fin que pertenece a los niños que están fabricando alfombras, y no pudo parar de pensar en ello. A la medida que un activista murió, otro nació. Craig se dedicó a liberar a los niños de la esclavitud infantil. Él sabía que su objetivo era inmenso, pero se negaba a ver su voz como minúscula. Empezando con su escuela intermedia, él reunió a todos que les importaba el tema. Él fundo "Free the Children" con una docena de niños en su habitación.
El grupo encontró fondos de cualquier manera, de accionamientos de centavos a huchas llenas de dinero recibido en cumpleaños. Ellos hablaban de la situación difícil de los jóvenes esclavos a cualquiera que quisiera escuchar. Craig era un orador brillante, descrito como "más que precioso" – un fenómeno hubiese sido una descripción mejor. Eso ayudó a atraer atención a la causa, pero Craig simplemente se negaba a callar. Cuando el grupo colectó suficiente dinero, él se fue a Asia del sur para conocer a los niños fabricando alfombras y para ser testimonio a las realidades de sus vidas.
Lo que encontró Craig fue desconcertante. Los niños explotados eran solamente niños, pero igualmente fueron robados de su educación, salud, dinero, y dignidad. Había muchos de ellos, y necesitaban tanto. Sin los centavos de la fábrica de alfombras, muchos no tendrían algo para comer. Algunos de los que "Free the Children" liberó, se encontrarían en la fábrica otra vez. Craig se sintió pequeño, y solamente tenía el poder de prometer a los niños que él continuaría a trabajar para ayudarles. Pero él ni sabía que iba a hacer eso. Encontró suerte cuando el programa de noticias "60 Minutes" hizo un reportaje sobre él. Pero, famoso no se transmitía a efectivo. Él estaba agobiado. Y después encontró su respuesta en los niños de natal Canadá. Dando a los niños en casa un lugar para empoderar su compasión, él podía hacer su fundación funcionar de dos maneras. Los niños que le dieron ayuda estaban tan "libres" como los que lo necesitaban.
Para 2012, "60 Minutes" tenía que hacer una segunda visita excepcional. Craig Kielburger ya no era un niño, aunque su fundación estaba llena de ellos, y todavía estaba dedicado a liberarlos. A los veintitantos años, Craig y su hermano Marc habían aplicado un aspecto empresario a su caridad. Posiblemente más importante, los hermanos Kielburger habían hecho que la compasión fuera sensacional. En ese tiempo, habían estudiado otros esfuerzos a la caridad para ver donde habían fallado. Los hermanos formaron una entidad separada llamada "Me to We" para atraer dinero. Grandes donaciones privadas habían entrado en la ecuación. La compañía misma modelaba el uso de modos sostenibles y expresaba posibilidades de hacer dinero de "Free the Children". Voluntarios llevaban camisetas que leían "idealista sin vergüenza". La página Web vendía joyas hechas con pequeños préstamos de alrededor del mundo. Adolescentes podían pagar por campos de liderazgo. Familias podían comprar vacaciones de voluntario. Las financias permanecieron transparentes, casi todos los trabajadores eran voluntarios, pero esta sucursal corría tan suavemente como cualquier otra compañía grande. Esta sucursal ponía todas las ganancias en el inmenso número de proyectos alrededor del mundo que ocupaban en "Free the Children". Pocas otras corporaciones tenían campañas de publicidad tan fluidas.
"Free the Children" se había convertido en una organización compleja con cientos de proyectos en cualquier momento. Cada vez, su objetivo era ayudar a comunidades ayudarse a ellos mismos para que "Free the Children" pudiera ayudarlos y seguir adelante. Para 2012, virtualmente cada tipo de esclavitud infantil había sido atendida de alguna manera, desde soldados infantiles en Sierra León hasta jóvenes esclavos de sexo alrededor del mundo. "Free the Children" "adoptó" pueblos, dándose cuenta que muchas veces, niños no pueden permanecer libres si sus familias y pueblos no tienen éxito. Habían construido 650 escuelas (Oprah prometió 100) y vendían las joyas artísticas de mujeres. También daban seguro médico, pozos limpios, y energía solar. Los hermanos Kielburger maduraron, y su filosofía también. Una de sus lecciones más grandes fue de respetar y usar la cultura local en lugar de imponer su propio sentido de eficacia; lo mismo era con materiales y labor locales. Pero, era diferente con los voluntarios. En cada proyecto, había trabajos concretos para esos jóvenes voluntarios canadienses, que muchos de ellos no habían llegado a la adolescencia.
Cada año, voluntarios jóvenes fueron dados "Días de Nosotros" que juntaba la corriente eléctrica de su compasión. Miles llenaron estadios para escuchar a entretenimiento de los Jonas Brothers o a otros oradores venerables como el Dalai Lama y Desmond Tutu. Y aunque tenían una competencia dura, los hermanos Kielburger fueron los que trajeron los jóvenes voluntarios a sus pies. Los hermanos estaban trabajando para encontrar mejores maneras para dar más con otros proyectos liberadores y descubriendo quien podía beneficiar el máximo de lo que ellos tenían. "Free the Children" también estaba buscando a nuevos voluntarios. Ahora, había miles. Cada uno de ellos trae su empatía a la causa de liberar a niños que probablemente nunca conocerán. Pero ahora, gracias al liderazgo de Craig Kielburger, ellos pueden varadamente sentir compasión por esos niños, porque hay un lugar donde su empatía esta respetada, dirigida y celebrada.
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