En una nación tan divida como Cuba, solo un hombre, José Martí, un poeta y héroe de la libertad, ha sido capaz de unir a todas las fracciones. En su corta vida, Martí lucho contra las fuerzas de doble opresión de España y los EE.UU. por obtener la independencia de su nación de la isla, mientras defendía sus creencias en libertad, y la grandeza del espíritu humano.
"Al igual que las piedras rodando pos las colinas, las ideas justas alcanzan sus objetivos a pesar de todos los obstáculos y barreras. Puede ser posible acelerarlos o dificultarlos, pero imposible de detenerlos."
Nacido en La Habana en enero 28 de 1853, Martí comenzó su carrera política a la tierna edad de 15 años, cuando ayudó a comenzar un periódico anti-colonial. Dentro de un año fue arrestado por autoridades españolas por la actividad en contra del gobierno y fue sentenciado a 6 años de labor dura en una cantera. En 1871, después de servir tres años, fue deportado a España donde estudió la ley en la Universidad de Zaragoza.
"La libertad es el derecho de cada hombre de ser honesto, de pensar y de hablar sin hipocresía-Un hombre que obedece a un gobierno malo no es un hombre honesto."
Después de graduarse de la universidad, Martí se mudó a la Ciudad de México, donde trabajó como periodista. Su oposición al régimen militar que controlaba a México, lo llevó a su huida a Guatemala. Sin embargo, su oposición a los abusos del gobierno allí otra vez lo obligaron a abandonar. En 1787 él regresó a Cuba en virtud de una amnistía general, pero pronto fue desterrado de nuevo a España por conspirar en contra de autoridades coloniales. Desde España, él huyó el exilio y llegó a los Estados Unidos. Después de un año en Nueva York se fue a Venezuela para trabajar como profesor de literatura, pero otra dictadura lo obligó a abandonar otra vez.
En 1881 Martí regresó a Nueva York donde vivió hasta su ultimo viaje a Cuba en 1895. Por los próximos quince años, incansablemente hizo una campaña a favor de la liberación de Cuba. En 1892 fue a Key West – el corazón de la comunidad fragmentada de exiliados cubanazos – para formar el Partido Cubano Revolucionario, el movimiento que daría lugar a la eventual derrota del ejército español en 1898 y posterior establecimiento de una Cuba libre en 1902.
"Un solo principio de las profundidades de una cueva es más poderosa que un ejército"
En 1895, en un verdadero acto de heroísmo, Martí abandonó las costas de los EE.UU. para sumarse a la batalla por la independencia cubana, la cual había organizado con tanto esfuerzo desde el exilio. Él desembarcó en Cuba el 11 de abril con un grupo de partidarios y tomaron rumbo hacía las montañas para sumarse a las filas del ejército revolucionario. En todo sentido, Martí, un carril-fino, intelectual de 42 años de edad, sin antecedentes militares, encontró la vida del guerrillero insoportable. El 19 de mayo, un poco después de un mes dese su llegada a Cuba, Martí cabalgó a la batalla en una de las primeras escaramuzas de la revuelta armada y, para horror de todos, fue matado a tiros casi de inmediato.
"Hombres de acción, sobre todo aquellos cuyos acciones son guiadas por el amor, viven para siempre. Otros hombres famosos, aquellos de mucho habla y pocos hechos, pronto se evaporizan.".
Un ferviente creyente en la independencia de Cuba, Martí estaba en contra de la anexión de Cuba a los EE.UU. que era propuesta a menudo. Las propias creencias de Martí reflejaban la relación disfuncional de amor-odio entre Cuba y su "monstruoso" vecino del norte. Como pensador, estaba enamorado con el amor de la libertad estadounidense y su imagen como la tierra de las oportunidades. Pero la realidad de los propios designios imperiales de Washington hacia Cuba le hizo pensar en los Estados Unidos como el "Norte revuelto y brutal." En una carta inconclusa a un amigo encontrada después de su muerte, habló de poner en riesgo su vida para detener a los EE.UU. de tomar control sobre Cuba.
Lo que nunca cambiará, independientemente de los que será el futuro de Cuba, es la relevancia e importancia de Martí. Por todas partes de Cuba y en las comunidades de exiliados cubanos en los EE.UU. hay estatuas y homenajes en honor a su vida, sus obras, y su muerte prematura. Él será siempre arraigado en los corazones, mentes y almas de los cubanos, como su mayor héroe.
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Citas de: MARTI: Thoughts/Pensamientos por Carlos Ripoll
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Traducido por Daniel Chávez
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"Se es libre, pero no para ser vil: no para ser indiferente a los dolores humanos; no para aprovecharse de las ventajas de un pueblo político, del trabajo creado y mantenido por las condiciones políticas que se aprovechan. Dígase que no otra vez. El hombre no tiene la libertad de ver impasible la esclavitud y deshonra del hombre, ni los esfuerzos que los hombres hacen por su libertad y honor."