Con una medida de 5 pies y 6 pulgadas y tan fuera de curvas como se vé una latina, tengo que admitir que sentí un poco de aprensión al acercarme a Josefina López. Habiendo visto su película en gran medida aclamada (admito que una vez pude "ver más allá" del título) quedé increíblemente impresionada por su talento y trabajo. Yo la considero un héroe personal, a pesar de la amenaza potencial de mi propio ego. Afortunadamente, me impresioné e intrigué lo suficiente como para convencerme a mi misma de decidirme de todas formas.
Josefina nació en San Luis Potosí, México el 19 de marzo de 1969, y llegó a California a la edad de seis años. Debido a la complejidad de las leyes de inmigración, Josefina fue considerada un "residente illegal" y vivió junto con su familia (consistente en 8 hermanos y hermanas) como indocumentada por los próximos 13 años en Boyle Heights, un área de Los Angeles con una alta población de latinos. Pero de las dificultades muchas veces viene el triunfo, y en el caso de Josefina, éstas la impulsaron a analizar su arte más profundamente.
"Realmente me sentí como si fuera un ciudadano de otro planeta, y que no era un ser humano. Me sentía invisible. Ser una indocumentada afectó mucho mi autoestima. Empecé a escribir para afirmar mi humanidad."
Al pasar de los años, sus sueños fueron aplastados por las presiones adicionales de la sociedad. Pronto ella supo de la realidad de Hollywood y su obsesión sobre el peso corporal, tan crudamente presentada cuando una profesora de colegio, bien intencionada, le dijo que para tener una carrera como actriz, ella tenía que perder peso.
"Ella era mi profesora de teatro favorita y ella me contó del llegada de esta tendencia, con buenas intenciones. Mi profesora contaba con experiencias personales para probar lo que estaba diciendo. Yo le agradezco de corazón por ser tan auténtica conmigo y abrirme los ojos para que pueda hacer algo al respecto. Realmente podía escoger mi futuro conociendo la realidad del negocio."
Cuando se le pregunta si ella siente que este "ideal" femenino es todavía predominante en nuestra sociedad, como lo fue hace 10 años, Josefina afirma apasionadamente que lo es y que este mensaje puede ser en detrimento de las niñas.
"Objetivisar a la mujer en las películas y en la televisión es tan lucrativo que la industria no cambiará. El mensaje es que tu sólo eres valiosa como cuerpo o cara. Por lo tanto, cuando envejeces pierdes [tu] valiosa moneda. También te dice que lo que piensas no es tan importante como tu apariencia. Tienes que ser hermosa para ser amada y valorada. Hace que las jóvenes tengan que elegir entre ser hermosas o inteligentes."
El haber sido moldeada para sentirse, sin embargo, como una ciudadana de segunda clase por ser latina, una estudiante y trabajadora indocumentada y una mujer de tamaño promedio en extremo delgada de Los Angeles, trajo tal intensidad y pasión a sus escritos desde tan temprano que su primer guión fue escrito a la edad de 17 años. "Simplemente María" o el "Sueño Americano" la hicieron acreedora a un Emmy. A la edad de 19 años, Josefina escribió su aclama "Las Mujeres Reales Tienen Curvas," basada en las experiencias de su propia vida. La obra fue primero actuada como una obra teatral, y más tarde, Josefina fue coparticipe del guión cinematográfico de la obra, y en el año 2002, ésta recibió el Premio Humanitas. La película fue también honrada en el Festival Cinematográfico Sundance 2002 con dos premios, incluyendo el "Premio de la Audiencia al Drama" como la favorita del público, presentándose en los cines a nivel nacional.
"Me inspiré a escribir La Mujer Real tiene Curvas al poco tiempo de obtener mi residencia temporal en 1987. Había estado trabajando en la fábrica de costura de mis hermanas tan sólo unas pocas semanas antes de obtenerla. Fueron definitivamente las mujeres y la manera en que hicieron su trabajo, con tal dignidad, que me inspiró a escribir la historia. Realmente disfrutaba trabajando allí y escuchando el murmurar de las conversaciones de las mujeres. Quería celebrar el ser "legal" al escribir la trama sobre la experiencia de trabajo en la fábrica de confecciones. Deseaba celebrar la camaradería entre las mujeres y el poder que tenemos cuando trabajamos juntas."
"Me inspiré a escribir La Mujer Real tiene Curvas al poco tiempo de obtener mi residencia temporal en 1987. Había estado trabajando en la fábrica de costura de mis hermanas tan sólo unas pocas semanas antes de obtenerla. Fueron definitivamente las mujeres y la manera en que hicieron su trabajo, con tal dignidad, que me inspiró a escribir la historia. Realmente disfrutaba trabajando allí y escuchando el murmurar de las conversaciones de las mujeres. Quería celebrar el ser "legal" al escribir la trama sobre la experiencia de trabajo en la fábrica de confecciones. Deseaba celebrar la camaradería entre las mujeres y el poder que tenemos cuando trabajamos juntas."
"Esto empieza definitivamente con la educación, y por supuesto, teniendo una representación justa. Espero que pronto elijamos a un alcalde latino para que podamos ver qué clase de progreso vendría con ello para los latinos. Aún porque fuera tan sólo por la capacidad de soñar de que un latino fuera algún día presidente."
De igual modo, Josefina ha hecho también de su misión el ayudar a los latinos a encontrar su fuerza en su propia voz y su propia historia. Ella anima la tradición oral entre las minorias y ve como una necesidad, el presentar el negocio a los buenos narradores latinos cuyas historias, Josefina siente, que ayudarían a transformar la percepción hacia los latinos y materializar el progreso.
"La tradición oral es muy importante. Yo aprendí a ser escritor al escuchar el parloteo, las historias de mi madre y las historias de fantasmas de mi abuelo. Pienso que existen por allá, tantas escritoras latinas que no saben que son escritoras porque están trabajando en peluquerías contándoles sus historias a las mujeres. Si estas mujeres simplemente escribieran sus historias, las editaran y las trasladaran a los formatos dominantes de aceptación, entonces ellas podrían ser consideradas como escritoras en vez de "chismosas."
Josefina fundó la casa 0101, un espacio para el teatro artístico en Boyle Heights cuya misión declara: "La casa 0101 fue fundada por Josefina Lopez, una guionista, activista, artista- para traer el teatro en vivo, filmación digital, danza y arte a Boyle Heights y así apoyar a los futuros narradores de Los Angeles quienes algún día transformarán el mundo." Comprometida en gran medida con el esfuerzo, Josefina misma aún enseña a elaborar libretos para cine y teatro en la Casa 0101. No siendo más Josefina, la Directora Artística, ella confía en que el nuevo Director continuará llevando la antorcha para inspirar a otros artistas como ella cree que lo hizo. Conforme el tiempo transcurre, naturalmente la misión artística de Josefina evolucionó, impulsada por aquello con lo que ella se inspiró.
"Cuando mi carrera empezó, mi preocupación fue la justa y correcta representación de los latinos en la televisión y el cine así como en los derechos de la mujer. Lo que me inspira ahora es el entendimiento global y el amor y cuidado del planeta. He empezado a ser una ciudadana del mundo. Sin embargo, todavía veo cuán importante es la sagrada feminidad para la sobrevivencia del planeta y la humanidad."
Actualmente, Josefina vive en Paris con su esposo y su hijo y está embarazada de su segundo hijo, programado su nacimiento para el mes de junio del 2005. A pesar de no tener una hija, Josefina ha pensado mucho en qué le hubiera enseñado si la hubiese tenido. Sus palabras de sabiduría son alimento para el pensamiento de otros padres, y para las niñas mismas también.
"No pienso que sea tan importante lo que le digas a una niña sobre su cuerpo como lo es que tú seas su mejor modelo de autovalía. Al criar a una niña tú tendrías que ser la clase de mujer que ella quisiera ser después. La mayor parte del tiempo las muchachas se resisten a ser como sus madres porque las madres tenían que transferir muchos malos consejos que continúan oprimiendo a las mujeres, por supuesto, dados con las mejores intenciones. Por lo tanto, tendré que amar a mi cuerpo, cuidar de mi misma, consentirme y valorarme de manera de que de una forma natural, mi hija sepa cómo es la confianza y autoestima de uno mismo."
Ella continúa: "Le recordaría a mi hija que avisos de una apariencia perfecta e irreal de la mujer son imitaciones tristes de una mujer real. Animaría a mi hija a celebrar su feminidad, pero no al precio de todo su ser, el cual incluye su lado masculino que es el líder asertivo y activo de uno mismo. Le mostraría primero a mi hija lo que significa ser un ser completo antes de ser tan sólo una 'niña'."
¿Tiene esta heroína su propio héroe?
"Yo diría que aquella pequeña niña dentro de mi piensa que yo soy su héroe... probablemente el Subcomandante Marcos y Michael Moore."
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